Sándwiches Monreal, la leyenda rosarina

Juan Pablo Alvarez

El Sándwich Menditeguy, uno de los más populares de la región

Rosario es el Río Paraná, es el Monumento a la Bandera, es la pasión por Central y Newells, es la delicia de disfrutar un boga o un pacú a orillas de la costanera, pero, ante todo, Rosario es la cuna de los sándwiches. Si bien el más célebre es el Carlito (tostado de jamón y queso con kétchup), en la ciudad se ha forjado una mito en torno a otro sándwich: ¿Quién inventó el Menditeguy?

A metros del Palacio de los Dragones, en la esquina de San Lorenzo y Entre Ríos, está la tradicional Sandwichería Monreal, con más de 54 años de experiencia y una clientela fiel que va en busca de su bocado predilecto. El local es pequeño, ideal para comer al paso. Tiene un mostrador y banquetas para que uno pueda pedir y comer ahí mismo. La carta es extensa, con una gran variedad de sándwiches de miga simple y triples, bocaditos (arrollados, croquetas, traviatas, tarteletas) y calientes. Entre los más pedidos están: Goñi (pechuga de pavita, queso gratinado, lechuga, salsa holandesa); Pedrito (lomo, queso gratinado, salsa holandesa); Jorge I (lomo, pimientos morrones, salsa holandesa) y Hamenech (huevo, jamón, salsa holandesa).

El más popular es el Menditeguy. El que ha trascendido fronteras, de boca en boca y recomendaciones a fuerza de clics. El sándwich tiene pechuga de pavita, queso gratinado, salsa holandesa con un pan de corteza tierna que se sirve tostado. El toque mágico viene por la salsa holandesa, que para muchos siempre fue el secreto de su éxito. Aquellos que no pueden guardar secretos y les gusta ventilar los trucos de los magos, afirman que la holandesa es una mayonesa que tiene manteca en reemplazo del aceite. Lo importante, que es deliciosa.

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Así nació el mito

El responsable de semejante creación se lo debemos a Julio Enrique Menditeguy (1921-1983), que en sus años de juventud por la década de 1950 iba todas las mañanas al local y pedía lo mismo. Como era un cliente habitual y se había ganado la confianza del lugar le propusieron que armara a su antojo. Envidia sana de todo sandwichero: la fortuna de hacer tu propia combinación y poner los ingredientes que uno quiera. Primero fueron sus amigos, después el rumor se extendió a otros clientes y fue tal el furor entre la clientela que los Aguiló (los primeros propietarios) lo agregaron al menú y lo bautizaron para la eternidad con su apellido.

Monreal se ha erigido como una auténtica postal gastronómica de Rosario, una visita obligada en el variado circuito culinario de la ciudad. Y entre sus tesoros, el Menditeguy, un sándwich tan exquisito y sabroso que, gracias a su inconfundible salsa holandesa, se alza a un nivel superior. En Monreal, pedir uno nunca es suficiente, ya que su inigualable sabor lo convierte en una verdadera adicción para los amantes de los sándwiches.


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