Café Tortoni, la cafetería más antigua para visitar en Buenos Aires

Mercedes Andrada

Fundada en 1858, es uno de los bares notables de la ciudad

 Av. de Mayo 825

grancafetortoni

Café Tortoni, la cafetería más antigua de Buenos Aires, abrió sus puertas en 1858 de la mano del francés Monsieur Jean Touan, rindiendo homenaje a sus raíces y al Grand Café Tortoni de París. A finales del siglo XIX, la llegada de inmigrantes al puerto de Buenos Aires transformó el panorama culinario del país, introduciendo nuevas recetas, tradiciones y sabores. Este periodo también marcó la aparición de pulperías, bodegones y cafeterías en una ciudad en pleno auge y crecimiento.

La historia del Tortoni se entrelaza con la vida de Celestino Curutchet, nacido en 1828 en Barcus, una localidad en la provincia vasco-francesa de La Soule. En 1862, Curutchet se casó con Ana Artcanthurry, cuya madre, viuda y casada nuevamente con Jean Touan, vivía en Buenos Aires. Atraído por las oportunidades de la próspera capital argentina, Curutchet se trasladó con su familia en 1870. En 1879, tras la muerte de Touan, Curutchet asumió la dirección del Tortoni.

Hasta mediados de la década de 1880 el Café funcionó en la esquina de Esmeralda y Rivadavia, hasta que el Café perdió el fondo de su terreno cuando empezó el proyecto del intendente Torcuato de Alvear, de crear la Avenida de Mayo. La vieja entrada del café, por la calle Rivadavia, siguió existiendo como acceso secundario, pero en la actualidad se encuentra cerrada de forma permanente. El 26 de octubre de 1894, aproximadamente tres meses después de la apertura de la Avenida de Mayo, inauguró una entrada por la avenida, convirtiéndose en el primer establecimiento porteño en colocar mesas y sillas en la vereda.

Te puede interesar  Fronteras, restaurante de campo en Tomás Jofré

Explorar la historia del Tortoni es sumergirse en la rica escena cultural, bohemia y tanguera de Buenos Aires. A lo largo del tiempo, sus mesas han sido testigos de la presencia de figuras icónicas como Quinquela Martín, Carlos Gardel, Evita, Jorge Luis Borges, Juan Manuel Fangio, entre muchas otras personalidades destacadas.

La Peña del Tortoni

La famosa Peña del Tortoni abarca un período de diecisiete años que va desde 1926 hasta 1943. Benito Quinquela Martín solía frecuentar en la década de los veinte, las tertulias de los Cafés de la Avenida de Mayo en especial las de La Cosechera, situado en Perú y Avenida de Mayo. Una noche, los parroquianos de La Cosechera se trasladaron al Tortoni. Los Curutchet eran aficionados del arte por lo cual creían que un ambiente rodeado de talentosos bohemios podía dar lustre y fama al establecimiento. Ellos siempre se las ingeniaban para ocupar las mejores mesas hasta que llegó un momento en el cual eran tantas personas que Pedro Curutchet (uno de los hijos de Celestino que en ese momento manejaba el Café) les propuso brindarles la bodega del Café, en el subsuelo, para que pudieran desarrollar sus encuentros. Ellos mismos llevaron a cabo las obras de refacción y restauración para dejar a la bodega en condiciones aptas para actividades artísticas y literarias. Hoy en día estas refacciones se mantienen y es un espacio en donde se siguen realizando diversos actos culturales y espectáculos de baile y música. En la actualidad, funciona la Sala Alfonsina Storni (eventos de tango), Sala Eladia Blázquez (presentaciones de libros y charlas), Sala César Tiempo (la antigua peluquería es hoy la Biblioteca) y la Sala Quinquela Martín (con capacidad para 80 personas para eventos y recitales).

Te puede interesar  Las 8 mejores cafeterías de City Bell

Comer en el Tortoni

Además de su innegable historia, se puede disfrutar de una amplia carta gastronómico. Entre lo más pedido está la Sidra tirada (el Café fue el primer lugar en ofrecerla), picadas abundantes y chocolate con churros. Para los horarios de la mañana y tarde, el menú de cafetería es super amplio con oferta de cafés, té, sandwiches, dulces y tortas. Para el almuerzo y cena se ofrecen picadas, hamburguesas, pollo grillé, ensaladas, bife de chorizo y papas rústicas. De postre variedades clásicas de flan, frutillas con crema, ensalada de frutas y la irresistible Copa Pinocho (helado de crema, dulce de leche, galletitas de chocolate y baño de chocolate).

Viejo Tortoni. Refugio fiel de la amistad junto al pocillo de café. En este sótano de hoy, la magia sigue igual y un duende nos recibe en el umbral“, como dice el tanguito de Eladia Blázquez y Héctor Negro, entrar al Café Tortoni es dejarse asombrar por la historia, sus personajes, sus salas. El aroma del café se confunde con el paso del tiempo, sus mozos y tradiciones les dan la bienvenida al íconico café de Buenos Aires.


¿Te gustaron las recomendaciones del artículo? Compartí tus opiniones y experiencias en tus redes sociales en Facebook, Instagram o Twitter y ayuda a crecer la comunidad de Manjar Argentina. ¡Tenemos más guías para vos!


Guías relacionadas


Te puede interesar  Julia restaurante, cocina indie en Villa Crespo